lunes, 27 de abril de 2020

ESTUDIO DE NEHEMÍAS: 6

Nehemías y la reconstrucción de los muros de Jerusalén | Historia ...




NEHEMÍAS CAPITULO 6

Nueva oposición de los enemigos

1Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos se enteraron de que yo había reconstruido la muralla, y de que se habían cerrado las brechas (aunque todavía no se habían puesto las puertas en su sitio). 
Entonces Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Tenemos que reunirnos contigo en alguna de las poblaciones del valle de Ono». En realidad, lo que planeaban era hacerme daño. 
Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida». 
Cuatro veces me enviaron este mensaje, y otras tantas les respondí lo mismo. 
La quinta vez Sambalat me envió, por medio de uno de sus siervos, el mismo mensaje en una carta abierta, 
que a la letra decía:
«Corre el rumor entre la gente —y Guesén lo asegura— de que tú y los judíos están construyendo la muralla porque tienen planes de rebelarse. Según tal rumor, tú pretendes ser su rey, 
y has nombrado profetas para que te proclamen rey en Jerusalén, y se declare: “¡Tenemos rey en Judá!” Por eso, ven y hablemos de este asunto, antes de que todo esto llegue a oídos del rey».
Yo envié a decirle: «Nada de lo que dices es cierto. Todo esto es pura invención tuya».
En realidad, lo que pretendían era asustarnos. Pensaban desanimarnos, para que no termináramos la obra.
«Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!»
10 Fui entonces a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel, que se había encerrado en su casa. Él me dijo:
«Reunámonos a puerta cerrada en la casa de Dios, en el interior del templo, porque vendrán a matarte. ¡Sí, esta noche te quitarán la vida!»
11 Pero yo le respondí:
—¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconderé!
12 Y es que me di cuenta de que Dios no lo había enviado, sino que se las daba de profeta porque Sambalat y Tobías lo habían sobornado. 13 En efecto, le habían pagado para intimidarme y hacerme pecar siguiendo su consejo. De este modo podrían hablar mal de mí y desprestigiarme.
14 «¡Dios mío, recuerda las intrigas de Sambalat y Tobías! ¡Recuerda también a la profetisa Noadías y a los otros profetas que quisieron intimidarme!»

Termina la reconstrucción de la muralla

15 La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días. 
16 Cuando todos nuestros enemigos se enteraron de esto, las naciones vecinas se sintieron humilladas, pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de nuestro Dios.
17 En aquellos días los nobles de Judá se mantuvieron en estrecho contacto con Tobías, 
18 pues muchos judíos estaban aliados con él en vista de que era yerno de Secanías hijo de Araj, y de que su hijo Johanán era yerno de Mesulán hijo de Berequías. 
19 En mi presencia hablaban bien de mí, pero luego le comunicaban todo lo que yo decía. Tobías, por su parte, trataba de intimidarme con sus cartas.

EXPLICACION DE NEHEMÍAS 6


Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos se enteraron de que yo había reconstruido la muralla, y de que se habían cerrado las brechas (aunque todavía no se habían puesto las puertas en su sitio). 

En este capítulo vemos los acontecimientos que culminaron con los últimos trabajos de re-edificación del muro, Nehemias rinde informe sobre los trabajos y es muy honesto en reconocer que aun faltaba culminar la obra.

Entonces Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Tenemos que reunirnos contigo en alguna de las poblaciones del valle de Ono». En realidad, lo que planeaban era hacerme daño. 
Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida»

Nuevamente el enemigo vuelve a hacer oposición esta vez planea bajo engaño hacer que Nehemías   abandone la obra y su plan es quitarle la vida.  
Satanás había puesto en su camino toda clase de obstáculos que pudieran causar que él fracasara en su propósito. 
El enemigo está haciendo lo mismo con el creyente de hoy. La única diferencia es que él muchas veces tiene éxito y nosotros fracasamos. 
Nuestro Dios no quiere que nosotros fracasemos y ha provisto todo lo necesario para que seamos vencedores.
Nehemías, repele la astuta oposición, la muralla quedaría terminada. El era una persona que no buscaba nada para sí mismo y estaba haciendo un gran sacrificio para reedificar el muro de la ciudad. 
Y así fue como Nehemías rechazó la invitación, porque como él mismo dijo, "tramaban hacerme daño"- Estaban planeando matarle. Nehemías pensó que no tenía sentido discutir detalles con el enemigo; simplemente envió mensajeros diciéndoles que estaba muy ocupado en una obra muy importante y que no podría ir a verlos porque si abandonaba sus tareas, entonces el trabajo se detendría. O sea, que Nehemías se negó a llegar a un compromiso con sus enemigos, a una solución negociada.

"Cuatro veces me enviaron mensajes sobre el mismo asunto, y yo les respondí de la misma manera. Entonces Sanbalat me envió a su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano"

Podemos ver que el enemigo fue persistente. Y siempre lo ha sido. ¿Acaso querían ellos realmente, tener una actitud amistosa con Nehemías y llegar a una solución negociada? La verdad es que la presencia de Nehemías era desesperadamente necesaria en Jerusalén para completar la edificación de la muralla. La carta del enemigo estaba redactada en un lenguaje cortés pero, en realidad, era como un anzuelo con su carnada. Observamos que la carta contenía una amenaza. Leamos el versículo 6:

"en la carta estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey"

Este hombre Gasmu Era el peor de ellos en lo que a chismes se refiere. Se lo menciona también como Gesem. La mentira, el enredo, tergiversar los hechos sera una de las táctica del enemigo.

La carta, que acusaba a Nehemías de rebelarse contra Persia y fundar un estado separado, fue hecha pública enviándola o leyéndola públicamente. Fue preparada para desanimar a aquellos que estaban trabajando en la muralla. Y acusaba a Nehemías de querer convertirse en un rey. Continuemos leyendo el contenido de la carta en el versículo 7:

"y que has puesto profetas que, refiriéndose a ti, proclamen en Jerusalén: ¡Hay rey en Judá! Estas palabras van a llegar a los oídos del rey; ven, por tanto, y consultemos juntos".

Vemos que no sólo le acusaron de reclamar un reino, sino también de reclutar profetas que apoyasen sus demandas. Éstas fueron, pues, perversas calumnias difundidas sobre Nehemías. La carta indicaba que ellos querían averiguar si estas noticias eran realmente ciertas, porque querían informar al rey sobre ellas. De esta manera presionaban a Nehemías para que se reuniera con ellos. Continuemos leyendo el versículo 8:

"Entonces envié yo a decirle: No hay nada de lo que dices, sino que son invenciones de tu corazón".

La reacción de Nehemías ante el enemigo fue, como vemos, decirle que no había nada de cierto en esos rumores, sino que éstos eran producto de su imaginación. Fue una manera elegante de llamarlo mentiroso. Y dice el versículo 9:

"Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. ¡Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos!"

Al hacerle frente a este problema, Nehemías recurrió al Señor, consciente de los grandes esfuerzos del enemigo para detener la obra de reedificación. Y entonces, le pidió fuerzas para continuar resistiendo. Y continuó el relato diciendo en los versículos 10 y 11:

"Después fui a casa de Semaías hijo de Delaía hijo de Mehetabel, porque estaba encerrado. Él me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del Templo, y cerremos las puertas, porque vienen a matarte; sí, esta noche vendrán a matarte. Pero yo le respondí: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al Templo para salvarse la vida? No entraré".

Semaías, que era un falso profeta, fingió tener un gran interés en la seguridad de Nehemías. Dijo que quería revelarle una conspiración contra la vida del gobernador. El templo era el único lugar donde Nehemías estaría seguro. Y le estaba sugiriendo un acto cobarde. Pero no tuvo en cuenta la percepción espiritual de Nehemías. Leamos entonces los versículos 12 al 14:

"Reconocí que Dios no lo había enviado, sino que decía aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado. Pues fue sobornado para intimidarme, para que así yo pecara. Ellos aprovecharían esto para crearme mala fama y desprestigiarme. ¡Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de la profetisa Noadías y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo!"

 Nehemías se encontraba en medio de complots y planes para destruirle. Bien, él se ocupó de esas personas que fingían ser sus amigos, pero aun así se encontraba en una posición muy difícil. Estaba entre la espada y la pared. Apenas se daba vuelta, se encontraba en medio de otra conspiración; pero al verse en esa situación recurrió a Dios. Porque aquella tierra estaba soportando otra vez la maldición de la existencia de falsos profetas. Daba la impresión de que ellos eran los enemigos más resueltos de los siervos de Dios. Continuemos leyendo el versículo 15:

"Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días".

Y así fue que sin toque de trompetas, ni el esplendor de grandes ceremonias, se terminó el trabajo de reedificación de las murallas. Dice el versículo 16:

"Cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros; se sintieron humillados y reconocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra".

Esta gigantesca obra quedó concluida en cincuenta y dos días. Podemos imaginarnos la rabia y frustración que habrán sentido los enemigos de los judíos al ver edificado el muro, sin que les hubieran valido para nada los intentos para impedirlo. Envidiaron entonces la prosperidad que esa obra les traería a los pobladores de Jerusalén, y el éxito y el prestigio que la conclusión de esa obra les traería ante las demás naciones. 

Sólo Dios podía haber llevado a cabo esta empresa por medio de ellos. Pero aunque la muralla estaba terminada, la situación para Nehemías y los suyos aún era peligrosa y los problemas no se habían terminado. Leamos los versículos 17 al 19:

"En aquellos días los principales de Judá enviaban muchas cartas a Tobías y recibían las de éste. Porque muchos en Judá se habían aliado con él, pues era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías. También contaban delante de mí las buenas obras de Tobías, y a él le referían mis palabras. Y Tobías enviaba cartas para atemorizarme".

Todavía le quedaba a Nehemías pasar por una amarga experiencia. Durante todo este tiempo había aquellos del pueblo, que eran amigos de los enemigos de Dios y mantenían, en una actitud que constituía una verdadera traición, correspondencia con Tobías. Se trataba nada menos que de los nobles, o sea los más importantes de Judá, que se dejaron manipular por los enemigos de Dios, que continuaban mostrando su oposición. Al participar en esta secreta conspiración, no hacían otra cosa que favorecer a los intereses de los enemigos de Israel y ocasionar la ruina de su propio país. Dice en este versículo 18 que habían jurado lealtad a Tobías. Evidentemente tanto Tobías como su hijo se habían casado con mujeres de Israel. Tobías, concretamente, se había unido en matrimonio con la hija de uno de esos nobles. Y como éste, probablemente se produjeron otros matrimonios mixtos entre israelitas y extranjeros. 

Parece que éste fue el resultado de que, durante todo este tiempo, había habido una relación amistosa encubierta entre algunos de Judá y los enemigos de Dios. Y Tobías tenía "oídos" o informantes oficiosos dentro de las murallas de Jerusalén, que le informaban sobre todo lo que Nehemías decía o hacía. Y Tobías también tenía parientes o amigos que le contaban a Nehemías lo bien que actuaba Tobías, tratando de realzar su imagen. Actuaban como oficiales de enlace, llevando cuentos de un lado a otro. Lo que estaba claro que este Tobías era un intrigante. Y él y sus secuaces aun tenían la desvergüenza de intentar que Nehemías se hiciera amigo de él. Y todas estas intrigas le crearían a Nehemías más problemas.

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